Bienvenidos al show, ¡mis adorados freaks! En esta ocasión, voy a presentar rápidamente el tema porque tengo mucho que comentar. Abramos el melón: Instagram está experimentando un declive.
Apuesto mi mano derecha a que alguien a tu alrededor acaba de desinstalar la aplicación o lleva meses sin publicar nada más que Stories. ¿Me equivoco? Efectivamente, mi mano se queda conmigo. En mi caso, en el último mes, en mi entorno, cinco personas han desinstalado la aplicación (manteniendo su perfil activo).
En el mundo profesional del social media hay mucha inquietud al respecto, se habla por los pasillos o se comenta en alguna reunión pero oficialmente no se quiere abrir el melón. No es que haya un elefante en la habitación del que no se quiera hablar, es que poca gente o nadie está teniendo esta muerte anunciada en cuenta para sus futuras estrategias. ¿O quizá soy yo? ¿Soy muy alarmista?
Espera, no. Hasta Kim Kardashian y Kylie Jenner han echado pestes de instagram. Vale, aquí está pasando algo. Analicemos. Let’s go!
El declive de Instagram
“Tengo un Tik digital que me hace coger el móvil y abrir Instagram, pero ahora siento que estoy perdiendo el tiempo”
Así me comenta mi novia después de decirme que desinstalar la aplicación le ha sentado genial. Sí, nos encanta conversar durante horas sobre antropología digital y el impacto de todo lo digital en nuestra vida diaria. Somos ese tipo de personas. Bien, sigo preguntando para entender lo que está ocurriendo. Le pregunto si más personas a su alrededor están experimentando lo mismo y, sorpresa, me responde: «Sí, tres amigas que no se conocen entre sí acaban de hacer lo mismo».
¡Vaya! ¿Me quedaré sin trabajo?
Tengo que investigar más, porque creo que esto se convertirá en una tendencia entre los perfiles personales y, sin perfiles personales, Instagram no sería más que spam de marcas. Pasan un par de días y comienzo a leer algunos artículos. «Instagram está acabado» o «Instagram está pasando por su era de fracaso» son algunos de los titulares que encuentro. Mi teoría comienza a confirmarse. Sigamos investigando.
Una de las cosas más increíbles de trabajar con marcas multinacionales es la cantidad de personas que llegas a conocer. Resulta que hace unos meses me invitaron a un grupo de Microsoft Teams llamado «Social Nerds Club» dentro de una gran marca. Es un grupo de grandes profesionales que comparten sus conocimientos sobre redes sociales de manera casual y divertida. Decidí preguntar: «Oye, ¿alguien en tu entorno ha desinstalado Instagram o está insatisfecho con la app como usuario?».
Efectivamente, el maravilloso Social Nerd Club lo confirmó. Estamos ante un patrón, pero todavía no es mainstream.
¿Por qué esta frustración con Instagram?
El descontento de las marcas con Instagram ya sé por dónde viene. El bajón de alcance, impresiones y engagement está siendo fulgurante. El playground está rocoso y tenemos que llegar a técnicas casi de trileros para mantener las métricas y llegar a unos objetivos que cada vez se ven más lejos. Comprensible.
Pero, ¿cómo se sienten los usuarios finales, los perfiles digitales? Instagram es adictivo, no es algo nuevo. Lo hemos incluido en nuestro día a día e incluso hay Tiks socio-digitales como la Millenial Pause (ya os hablaré de ello o el Tik que te hace entrar en la app y mirar si tienes alguna notificación para luego seguir consumiendo contenido en la aplicación de Meta.
La gente se siente estafada cuando entra a Instagram y lo único que ve son ads, posts patrocinados, Reels organizados sin sentido y en definitiva contenido organizado para intentar monetizar la app. Se sienten estafad_s porque solo ven publicidad o contenido promocionado. Vale, lo voy entendiendo.
Un comparación rápida nos hará ver claro el rechazo a Instagram. Es similar a entrar en Youtube y el 90% del tiempo solo vieras anuncios aleatorios y un 10% de tiempo el contenido que quieres ver (o el que la plataforma te enseñe). La diferencia es que en Youtube puedes pagar el premium y olvidarte de esto, en Instagram no. Hace tiempo que calculé el tiempo que pasaba viendo anuncios de Youtube y decidí que mi tiempo era más valioso que 15 euros al mes. Desde entonces es la plataforma que más consumo con diferencia. Cero anuncios y además, mejores funcionalidades (Youtube music, controles de escucha, reproducción en segundo plano… Worth it). ¿No pagarías eso por un Instagram decente sin ads o algoritmos perdidos en la era del performance?
Vale, la situación actual: las marcas y los influencers están viendo un bajón de sus métricas y a los perfiles personales ya no les merece la pena invertir tiempo en esa plataforma.
¿Qué ha pasado con Instagram si era la mejor aplicación hace unos años?
Lo interesante es ver la serie de catastróficas desdichas que ha hecho que se apague una de las plataformas sociales más populares y jóvenes (su primera publicación es en 2010 y solo era válida para Iphone en aquel entonces).
Para entender este escenario hay que tener en cuenta varios pilares: diferentes generaciones digitales (Boomer, X, Millenial, Z), el mundo empresarial (monetización, valor, misión y visión) y la evolución del ecosistema digital.
Época Hipster (2012/2015) en España, barbas, vestidos de flores con truckers y converse. Festivales. Vetusta Morla. Tuenti dejó de molar rápido y Facebook era la movida. ¿Os acordáis del botón “soy fan” en vez de “seguir o me gusta”? ¿Os acordáis de subir 127 fotos en un álbum llamado “I wanna be Yours” o algo similar con absolutamente todas las fotos de un viaje o una fiesta? Increíble pero cierto. Publicábamos todo y solo puntualmente, nada de ir guardando para después. La realidad es que era divertido y funcionaba muy bien. ¿Qué pasó entonces?
Los Boomers empezaron a entrar en la plataforma a la vez que Facebook hacía el movimiento de bajar la exposición orgánica hasta un 5% de lo que era antes. Una vez estábamos tod_s dentro y con la plataforma instaurada en nuestro día a día, Mark Zuckerberg, decidió monetizar agresivamente su plataforma. Si querías las cifras de antes solo podías hacerlo pagando por ello. De pronto se convirtió en cuestión de un año en un Pay-to-Play un poco casposo. Uh! Espera, esta historia me suena: es lo mismo que están haciendo con Instagram.
Sí, efectivamente Instagram y Facebook pertenecen al grupo Meta. Con Facebook muerto, Instagram está siguiendo el mismo patrón y el único futuro que proponen se sustenta en el Metaverso (algo que ya existía en 2003 con mucho más estilo y funcionalidad con webs como Habbo Hotel por ejemplo). Meta son los Crypto bros del social media, siempre rozando la estafa o la especulación. Hasta sus Business Managers y sus certificaciones oficiales son horribles comparados con Google o Amazon. Pero están en todo su derecho, son una empresa privada y la realidad es que creo que no soy nadie para pedirles que cambien nada. La plataforma es suya y pueden hacer lo que quieran, por supuesto.
Desde 2010 hemos visto como un Instagram basado en compartir fotos (original purpose) se convierte en un Frankenstein horrible. Ha intentado ser Snapchat con Stories (la única que le salió bien), Youtube con IGTV (está no le salió tan bien), Amazon con IG Shopping (lo dejo en un Meh), Tiktok con los Reels y el feed vertical algorítmico (su sentencia) y ahora está intentando ser una especie de Whatsapp con una nueva funcionalidad llamada Notes (Os dejo link con Adam Mosseri, Head de Instagram explicando la nueva funcionalidad con cara de no creérsela). Todo esto acompañado de cambios profundos en la manera de crear y un mercado saturado.
Ahora lo que funciona son Reels, no carruseles, no perdona que ahora volvemos a las publicaciones de solo una foto, espera no mejor volvemos a Stories, publica mejor dos veces al día, ahora solo dos a la semana, espera que vuelven los reels, no falsa alarma, ahora un look natural, ahora producido, espera que mejor vídeos cortos en el feed, no falsa alarma otra vez… Así es imposible crear un Framework o un sistema para crear contenido y contar historias. Mucho estamos aguantando, me temo.
El futuro de Instagram
¿Nosotros, los usuarios tenemos algo de responsabilidad? Obviamente. La sociedad va evolucionando y estamos sofisticándonos a la hora de consumir contenido. Ya se nos ha pasado el boom de la novedad (como pasó con los ebooks o el 3D) y ahora se está estabilizando socialmente el uso.
El consumo y posteo frenético se está pausando o modificando. Las tendencias para 2023 son el Long Video, los podcast, las newsletters y sobre todo la curaduría de contenido. No queremos impactos aleatorios, ya sabemos lo que queremos y cómo lo queremos. La sociedad ha evolucionado pero Instagram no. Instagram sigue intentando mantener a flote su gran empresa a través de la monetización agresiva, pero sigue sin salirle a cuenta. Aquí es dónde sse está consolidando el declive de instagram tal cual lo conocemos hasta ahora.
La Generación Z nos enfrenta al problema de Instagram. No quieren estar en la plataforma, pero se sienten extrañ_s sin tener un perfil. No quieren seguir a marcas, se avergüenzan de lo que ven y no les apetece publicar. Sienten que lanzar contenido al vacío (y ahora, con el «photodumping», es aún peor, porque tienes que pretender que es casual cuando en realidad te tomas cientos de fotos para luego elegir solo las 6 que parecen más casuales, es horrible, peor que antes). Disfrutan más de TikTok, Twitch, YouTube o incluso sus grupos de WhatsApp. Tienen manía a IG.
Y los millennials también estamos empezando a tenerla. Esa pequeña sensación que has experimentado con una ex pareja (o ellos contigo) cuando hacen algún cambio pequeño pero notable, como comprarse un sombrero de fieltro, y lo llevan todos los días. De repente te das cuenta de que se acabó, que esto ya no me emociona para siempre. Es una acumulación de desencuentros que llenan el vaso de agua.
La relación con Instagram está en un punto crítico. Es interesante, me gustan los cambios, siempre traen oportunidades.
¿Dónde acabará el declive de Instagram?
La transformación de Instagram de ser una plataforma de élite a una aplicación considerada «cringe» indica que estamos experimentando una evolución social y una sofisticación creciente. Personalmente, me encanta, se avecina una etapa de contenido más complejo y de mayor calidad. Estamos llegando por fin a la era del contenido de valor. Se acabó el vender humo.
En mi opinión, el secreto para crear contenido exitoso sigue siendo simple: contar historias que sean relevantes para tu audiencia. Eso es todo. Si tienes una buena narrativa y carisma como marca o influencer, no dependerás de ninguna plataforma y podrás crecer junto con tu audiencia. Aunque el contenido pueda evolucionar, siempre que ofrezcas un mensaje interesante, entretenido o útil para alguien, siempre tendrás una audiencia fiel.
¿Acaso Instagram ya no es el lugar de moda? Nos adaptaremos, no hay problema. Cada uno elegirá su propio escenario, pero lo que está claro es que Instagram debe brindar valor y escuchar a su comunidad, o de lo contrario se convertirá en un entorno de «pay to play» como Facebook: aburrido, anticuado y poco funcional.
Top 5 perfiles de instagram que sigo
Aún creo que hay muchos perfiles maravillosos en Instagram y gente que Hackea la manera de crear contenido que proponen los de Meta. Así que si has llegado hasta aquí después de leerte el declive de instagram te dejo cinco de mis perfiles fetiche en Instagram:
@NewYorkNico: un perfil que se dedica a estar en todas las movidas de Nueva York buscando el mejor contenido en sus calles. Increíble. Puro scouting y curaduría.
@LilJupiterr: si te gusta el streetwear, el hiphop, la moda y el rollo americano es una de las mejores cuentas reposteando y curando el contenido.
@Theofficefeeds: memes y clips de The Office, ¿qué más quieres?
@MyWildLife: la parte más “Aesthetic” de National Geographic, increíble.
@ImTiyaz7z: vídeos ultra aesthetic de anime. Mi underdog choice.
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